En los negocios las metas borrosas producen resultados borrosos

En el mundo del mercadeo en red, la claridad con la que veas tus sueños suele convertirse en una de las mejores herramientas de persuasión al momento de compartir tu oportunidad de negocio.

¿A qué me refiero? Es evidente que si tú no logras ayudarle a un distribuidor potencial a definir qué es lo que él quiere alcanzar en su vida las posibilidades de que le vendas la idea de empezar un negocio son mínimas. Si él no tiene un sueño, una meta específica que desee lograr, ¿qué te hace pensar que sacará tiempo para invertirlo en una nueva actividad?

Por esta razón, lo primero que debes ayudarle a hacer a alguien que está evaluando la oportunidad de negocio por primera vez es a encontrar esa meta, ese gran sueño que lo ponga en acción, que lo ayude a eliminar sus excusas y lo anime a empezar su negocio; algo que le dé la fortaleza y tenacidad para enfrentar todos los retos que con seguridad encontrará a lo largo del camino.

¿Cómo lograrlo? Una manera de hacerlo es teniendo claro cuáles son los sueños que te impulsaron a ti a tomar acción. Cuando lo sabes, utilizas ese conocimiento como herramienta para ayudarles a los demás a decidirse.

Se dice que en 1983 Steve Jobs, Fundador de Apple, convenció al Director Ejecutivo de Pepsi, John Scully, para que se viniera a trabajar en Apple haciéndole esta pregunta: “¿Quieres pasar el resto de tu vida vendiendo agua azucarada o prefieres una oportunidad para cambiar el mundo?”. Jobs llevó a Scully a comprender cuál era su situación en ese momento y lo hizo pensar en qué era lo que él más quería en la vida.

No te conformes con una “vida de agua azucarada” cuando en el fondo de tu corazón lo que en verdad quieres es cambiar el mundo. Pero, si tu visión de lo que quieres alcanzar es solo un conjunto de ideas borrosas, los resultados que obtendrás con seguridad también serán borrosos.

¿Qué es lo que de verdad quieres para tu futuro? Hace poco le hice esta pregunta a un grupo de estudiantes prontos a graduarse y la respuesta que más escuché fue que esa era “una pregunta difícil de responder”. No estoy de acuerdo. Yo sé qué es lo que quiero en la vida, y si yo lo sé, ¿qué te impide a ti saberlo?

Yo sé que quiero continuar creciendo, aspiro a influir positivamente en la vida de otras personas, pretendo vivir una vida plena, lograr la libertad financiera y ayudar a otros reconocer su propia grandeza. ¿Cómo? A través de mis libros, mis conferencias y todos los demás medios que estén a mi alcance.

Estoy convencido de que para triunfar en cualquier área —incluyendo tu negocio— debes primero saber con certeza qué es lo que en realidad quieres lograr. Si no sabes hacia donde te diriges, ¿cómo llegarás allá? ¿Y cómo sabrás si has llegado o no?

Uno de los grandes retos que encuentra todo nuevo empresario al empezar su negocio es que a menudo creen saber qué es lo que quieren, pero cuando les pides que lo expresen en palabras, que lo escriban, que lo definan en términos específicos, se dan cuenta de que no tienen la menor idea de por dónde empezar.

Lo único en lo que pueden pensar son frases muy generales que en realidad no dicen mucho: “quiero triunfar”, “quiero ser rico” o “quiero ser libre”. Pero esto no es nada específico. Al principio los motiva y lo s ayuda a dar los primeros pasos, pero como no es suficientemente específico, no le da la firmeza para pararse y seguir después de los primeros fracasos, y menos la persistencia necesaria para construir una empresa sólida.

 

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