La importancia de aprender a decir ¡no!

Basta con consultar cualquier diccionario para darse cuenta que la palabra “no”, es una de las más sencillas de nuestro idioma, desde el punto de vista gramatical. Sólo tiene dos letras y, hasta donde he podido encontrar, en la gran mayoría de sus usos tiene un solo significado: negar algo.

Sin embargo, no deja de asombrarme que ante una petición o solicitud que nos haga cualquier persona, a la que, francamente, nos gustaría negarnos, nos resulta casi imposible decir “no”.

De hecho, el responder “no” con firmeza y seguridad es para muchos de nosotros tan difícil que preferimos utilizar expresiones como, “Con mucho gusto…”, “Sería un placer…” o “A qué horas necesita que esté ahí…”, frases que no sólo son mucho más largas y complejas, sino que expresan lo opuesto a lo que queríamos decir.

Parece que la simple tarea de decir “no” se ha convertido en un verdadero arte que pocos han aprendido a cultivar. Es un inconveniente tan generalizado, que a la gran mayoría les resulta increíblemente complicado pronunciar esta pequeñísima palabra sin sentirse culpables o creer que lastimarán a alguien.

Lo interesante es que no siempre fue así. Cuando teníamos dos años de edad no se nos dificultaba hacerlo. “¿Quieres irte a dormir ya?” ¡No!  “¿Vas a comerte las verduras?” ¡No!;  “¿Quiere parar de jugar?” ¡No!,  “¿Quieres compartir tus juguetes con tu hermanita?” ¡No!

Sin embargo, parece que la edad y nuestra obsesión con tratar de mantener feliz a todo el mundo han entorpecido esta acción que antes ejecutábamos con enorme facilidad.

¿A qué se debe que nos cueste tanto decir “no”?  La razón más frecuente parece ser la búsqueda de aprobación. En nuestro afán por ser buenas personas, caer bien, agradar a los demás, ser tolerantes, comprensivos y amables, estamos dispuestos a sacrificar nuestro bien más valioso: nuestro tiempo.

El problema es que el tiempo es nuestro recursos más preciado, y si los estamos empleando en un área, en virtud de dicha decisión habremos elegido no emplearlo en otra. Es decir, cuando optamos por decir “sí” a una cosa, le estamos diciendo “no” a otra.

De manera que uno de los hábitos más importantes que debemos desarrollar si queremos tener el tiempo para trabjar en nuestros propios sueños es aprender a decir “no” a todo lo que nos esté distrayendo de enfocar nuestro esfuerzo en lo verdaderamente importante.

Muchos no somos conscientes del enorme desgaste que surge como resultado del exceso de compromisos, hasta que nos damos cuenta que el tiempo disponible es cada vez menor, y que las horas que dedicamos a complacer las peticiones de los demás son las mismas que deberíamos estar utilizando para trabajar en el logro de metas personales, familiares y profesionales.

Como resultado de nuestra incapacidad para decir “no”, perdemos enorme cantidad de tiempo en actividades que no deberíamos estar realizando. Le decimos “sí” a cada  invitación, interrupción, propuesta o distracción que se atraviesa en el camino. Decimos “sí” inclusive a las cosas que sabemos que no vamos a poder hacer, o a las que simplemente preferiríamos negarnos.

Sentimos que así no queramos hacer algo porque no tenemos tiempo para ello, o no nos sentimos preparados para realizarlo, es obligación por lo menos mostrar que estamos dispuestos. El problema obviamente es que si cualquiera de estas razones es cierta no vamos a poder hacer un buen trabajo, lo cual se reflejará pobremente en nosotros, a pesar de las buenas intenciones. En otras palabras, quedamos mal con la otra persona y con nosotros mismos.

Así que aprende a decir NO y libera tu tiempo para hacer lo que verdaderamente debes estar haciendo. El solo hecho de aprender a decir “no” eliminará muchas de las trivialidades que hoy no te dan tiempo para lo verdaderamente importante. Recuerda que cuando le dices “si” a invitaciones, propuestas o compromisos de baja prioridad, le estás diciendo “no” a tu familia, a tu tiempo para hacer ejercicio y a muchas otras prioridades. Decide correctamente siempre que estés a punto de hacer algo que exigirá la inversión de tu tiempo.

 

¿Te gustaría recibir otros artículos como este?

[contact-form-7 id='7874' title='Suscripcion Blog']

Al suscribirte aceptas nuestras politicas de privacidad y tratamiento de datos
Leer más

Todos somos el resultado de lo que pensamos

Muchas veces en medio de nuestro afán por lograr el éxito y la felicidad, buscamos fuera de nosotros algo que siempre se ha encontrado en nuestro interior: el secreto para vivir una vida plena y feliz. Todos queremos ser felices y tener éxito en la vida; deseamos saber cuál es el secreto que nos permita …

navigate_nextLeer más
Cuando perdemos el tiempo por no quedar mal con otros

Puedes creer  que, a veces, con tal de no quedar mal con nuestros amigos, terminamos desperdiciando un día entero haciendo cosas importantes para otros mientras que lo importante para nosotros se queda sin hacer. Todo porque creemos que ser un verdadero amigo es siempre estar a disposición de la otra persona. Sentimos que si hacemos …

navigate_nextLeer más

5 Responses

  1. Me encanta dr camilo cruz desde que escuché el audio de la vaca pense que era como un simple cuento repetia a cada rato y etendi que era lo que me estaba pasando en mi vida personal gracias amigo un saludo y un fuerte abraso donde quiera que se encuentre le saluda su amigo Vicente Cerqueda

  2. Gracias Dr Camilo, estoy trabajando en tema de decir que no , aló que no nos produce nada y si nos recarga la agenda, excelente

  3. Hola, qué tal, como siempre excelente artículo,
    Ciertamente a los 2 añitos éramos felices y descomplicados respondiendo NO , luego nos codificaron jajaja.
    Pero lo importante es que hoy día con toda la conciencia podamos decir nuevamente NO y poder alcanzar nuestras metas, claro está sin pisotear a nadie.
    Gracias por sus artículos

  4. Muy cierto, interesante reflexión.

  5. Gracias Dr Camilo, Por compartir, tiene mucha razón, la palabra No inmediatamente marca a la persona como apática y poco sociable, y cuando la decimos no nos vuelven hacer la invitación.

Responder a Edgar Alonso Álvarez Cancelar respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.